Canto de primavera, por Julián Macías Yuste
Canto de Primavera
Por Julián Macías Yuste
Era costumbre en la Villa, seguramente ancestral y muy antigua, que una vez consumida la cena, fuese ésta frugal, o quizá, un poco indigesta, por la inveterada costumbre y, muy extendida entre las familias, de consumir la sopa del puchero por el almuerzo y reservar los garbanzos para la noche, cuando todos los comensales estarían presentes, pues estarían incorporados los que trabajaban en los campos, y que por motivos de higiene digestiva, aunque éstos solo fueran conocidos de manera instintiva porque los estrictamente dietéticos no eran del dominio de las gentes de la época, que muchísimos ubriqueños salían a darse un paseo por las calles del Perdón o Botica, dejando para la Plaza los fines de semana, y para las noches más calurosas del estío...