El microrrelato “Baeza, 29 de abril de 1913”, del autor Juan de Molina, natural de Ubrique, ha ganado el primer premio del VIII Certamen Internacional de Microrrelatos Cardenal Mendoza, organizado por las Bodegas Sánchez Romate, de Jerez de la Frontera. Según el fallo del jurado, el trabajo galardonado «presenta una emotiva intertextualidad con el célebre poema “A José María Palacio”, de Antonio Machado». El jurado ha considerado «su excelente factura literaria y el hallazgo que supone relacionar la figura del gran poeta de Campos de Castilla con el brandy de Jerez».
El segundo premio ha sido para Laura Escriche Andrés, residente en Zaragoza, por “Carne de imprenta”, «una ingeniosa secuencia de tinte fantástico donde lo ficticio cobra realidad y lo real se disuelve en la ficción». El autor argentino Ezequiel Tambornini ha obtenido el tercer premio con “Destino”, «un imaginativo e interesante planteamiento, muy bien encajado», a juicio de los miembros del jurado.
La Mención Especial Cardenal Mendoza Non Plus Ultra se la lleva en esta ocasión el microrrelato titulado “La bala”, original de la escritora Nieves Jurado Martínez, de Albacete.
El jurado ha estado presidido por Mauricio Gil Cano e integrado por las escritoras Josefa Parra, directora de la Fundación Caballero Bonald, y Ana Sofía Pérez-Bustamante, profesora de la UCA y vicedirectora de la Real Academia Hispanoamericana; así como por el catedrático José López Romero, académico de la Real Academia de San Dionisio, y Evaristo Babé, presidente del Consejo Regulador del Brandy de Jerez.
El fallo del jurado y los microrrelatos premiados pueden descargarse en la web www.cardenalmendoza.com. El jurado ha querido destacar «la calidad de las obras finalistas que han competido con las ganadoras en una difícil elecció»n. Con esta iniciativa cultural, las bodegas Sánchez Romate «promueven la creación literaria en torno al mundialmente reconocido brandy de Jerez».
Microrrelato ganador
Baeza, 29 de abril de 1913, por Juan de Molina
El poeta se acercó hasta su mesa escritorio, cogió una cuartilla del cajón superior, la depositó sobre la escribanía de cuero, tomó la pluma y comenzó a jugar con ella. No quiso mirar hacia su costado por no ver el paisaje más allá de su ventana. Prefirió mirar la despoblada pared frente a sus ojos. Era su forma de mirar hacia dentro, allí donde el venero de la pena lo cruzaba cada tarde, después de sus clases de francés. Finalmente, tras un tiempo de meditación, desenroscó el capuchón de la estilográfica y comenzó a escribir: “Palacio, buen amigo…”, pero no pudo continuar. El garfio del dolor ascendía por su garganta hurgándole en la herida. Soltó la pluma con cuidado, alargó la mano y, cogiendo la botella de brandy de Jerez, se sirvió una generosa copa. Mientras bebía, lloraba.
El segundo premio ha sido para Laura Escriche Andrés, residente en Zaragoza, por “Carne de imprenta”, «una ingeniosa secuencia de tinte fantástico donde lo ficticio cobra realidad y lo real se disuelve en la ficción». El autor argentino Ezequiel Tambornini ha obtenido el tercer premio con “Destino”, «un imaginativo e interesante planteamiento, muy bien encajado», a juicio de los miembros del jurado.
La Mención Especial Cardenal Mendoza Non Plus Ultra se la lleva en esta ocasión el microrrelato titulado “La bala”, original de la escritora Nieves Jurado Martínez, de Albacete.
El jurado ha estado presidido por Mauricio Gil Cano e integrado por las escritoras Josefa Parra, directora de la Fundación Caballero Bonald, y Ana Sofía Pérez-Bustamante, profesora de la UCA y vicedirectora de la Real Academia Hispanoamericana; así como por el catedrático José López Romero, académico de la Real Academia de San Dionisio, y Evaristo Babé, presidente del Consejo Regulador del Brandy de Jerez.
El fallo del jurado y los microrrelatos premiados pueden descargarse en la web www.cardenalmendoza.com. El jurado ha querido destacar «la calidad de las obras finalistas que han competido con las ganadoras en una difícil elecció»n. Con esta iniciativa cultural, las bodegas Sánchez Romate «promueven la creación literaria en torno al mundialmente reconocido brandy de Jerez».
Microrrelato ganador
Baeza, 29 de abril de 1913, por Juan de Molina
El poeta se acercó hasta su mesa escritorio, cogió una cuartilla del cajón superior, la depositó sobre la escribanía de cuero, tomó la pluma y comenzó a jugar con ella. No quiso mirar hacia su costado por no ver el paisaje más allá de su ventana. Prefirió mirar la despoblada pared frente a sus ojos. Era su forma de mirar hacia dentro, allí donde el venero de la pena lo cruzaba cada tarde, después de sus clases de francés. Finalmente, tras un tiempo de meditación, desenroscó el capuchón de la estilográfica y comenzó a escribir: “Palacio, buen amigo…”, pero no pudo continuar. El garfio del dolor ascendía por su garganta hurgándole en la herida. Soltó la pluma con cuidado, alargó la mano y, cogiendo la botella de brandy de Jerez, se sirvió una generosa copa. Mientras bebía, lloraba.