Sanidad pública: ¿Es para crisparse?

Texto: Antonio Rodríguez Carrión
Presidente del Observatorio de Salud “Especialistas ¡YA!”

Diez días de demora para que el médico renueve una receta, cumplimente una baja o un alta laboral, o para tratar un dolor de muelas; ¿es para crisparse?
Meses para obtener una cita con el especialista o para una prueba diagnóstica; ¿es para crisparse?
Meses de sufrimiento, agravamiento de la enfermedad y pruebas preoperatorias que caducan debido a meses de demora en una intervención quirúrgica de enfermedad que evoluciona de forma invalidante; ¿es para crisparse?
Niños necesitados de atención rápida para evitarles daños irreparables y que no son enviados al Centro Infantil de Atención Temprana (CAIT) porque ningún médico pasa la consulta de Control del Niño Sano; ¿es para crisparse?
Pacientes esperando durante horas en las salas de espera o pasillos de hospitales; ¿es para crisparse?
Tener que desplazarse a un hospital concertado ubicado en otra localidad para simplemente recoger el resultado de una prueba, en vez de que ese informe sea enviado por correo o por internet; ¿es para crisparse?
Tener que dejar el lugar de trabajo para acudir presencialmente al Centro de Salud y solicitar una cita con el médico para repetir un medicamento porque es imposible obtener cita por teléfono o por internet; ¿es para crisparse?
Frecuentes cambios de médico de cabecera o de pediatra que impiden una continuidad asistencial; ¿es para crisparse?
Localidades de «difícil cobertura» que cierran sus consultorios por falta de médicos ante las vergonzosas condiciones laborales que se les ofrece; ¿es para crisparse?
Ambulancias aparcadas sin resguardo alguno, expuestas a la inclemencia del tiempo, que se convierten en un infierno para los pacientes y trabajadores sanitarios; ¿es para crisparse?
Ambulancias de transporte colectivo, con un conductor que también hace las veces de auxiliar sanitario, que traslada un grupo de varios pacientes seriamente deteriorados por largas sesiones de quimioterapia o diálisis, y durante horas se va desviando por varios pueblos para que así la empresa gane más dinero ahorrando en personal y combustible a costa del sufrimiento ajeno; ¿es para crisparse?
Personal de Recepción que recibe de la dirección del Centro de Salud instrucciones ambiguas o contradictorias y eso es lo que pueden ofrecer a los pacientes; ¿es para crisparse?
Servicios de Urgencias masificados debido a las demoras en las consultas de pediatría o del médico de familia; ¿es para crisparse?
Médicos y enfermeros con contratos de muy corta duración y en localidades diferentes que les imposibilita la conciliación de la vida familiar; ¿es para crisparse?
Médicos contratados para ejercer una especialidad sin acreditar titulación de especialidad alguna; ¿es para crisparse?
Médicos que cuando regresan de ausencias programadas (cursos, vacaciones, guardias, etc.) encuentran una gran demora porque durante esa ausencia la dirección no ha gestionado un sustituto; ¿es para crisparse?
Enfermeros obligados a diagnosticar y tratar enfermedades sin ser médicos y, por tanto, asumiendo una gran responsabilidad ante los pacientes y ante un juez; ¿es para crisparse?
Respuestas a quejas en el libro de reclamaciones que ningunean a quienes hacen una denuncia; ¿es para crisparse?
Funcionarios con derecho a elegir entre sanidad pública y privada (MUFACE, ISFAS, etc.) mientras que al resto de ciudadanos solo se les oferta la sanidad pública; ¿es para crisparse?
Hospitales concertados desde hace décadas, en detrimento de la sanidad pública, cuyos grandes beneficios pagamos con nuestros impuestos; ¿es para crisparse?
Políticos y gestores de la sanidad pública que no hacen colas en Recepción, ni sufren las demoras de los centros de salud o de los hospitales, gracias a que entran por la puerta de atrás o porque sus magníficos sueldos les permiten ir a consultas privadas; ¿es para crisparse?
Lo expuesto es solo la punta del iceberg y es la causa de la crispación de pacientes y trabajadores sanitarios, ninguno de los cuales son responsables de esos hechos, pues ambos son los sufridores de gestores que se ocultan tras la mesa de un despacho para fabricar cortinas de humo en forma de paripés con las que tapan una incompetencia que se autopremian con fotos en la prensa, elevados sueldos a base de dietas, impartición de cursos inútiles y «productividades varias»·.
¿Todo esto tiene arreglo? Los trabajadores sanitarios tienen las manos atadas pues cualquier intento de denuncia lleva aparejado la correspondiente represalia como «aviso a navegantes», y los ciudadanos a título individual tienen el mismo peso reivindicativo que una mota de polvo en el universo. Son los sindicatos sanitarios, los colegios oficiales de profesionales sanitarios y los colectivos ciudadanos los que tienen la llave para abrir la puerta que permite a todos tener la asistencia sanitaria digna que contempla nuestra Constitución y por la cual pagamos con elevados impuestos; sin embargo, la crispación aumenta minuto a minuto, pasan los años y pasa la vida, y la puerta sigue cerrada a cal y canto… ¿Quién abrirá la puerta?

Hospital comarcal privado-concertado.
Hospital comarcal privado-concertado.

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