Los vecinos de la Plaza de la Verdura que emprendieron una campaña de recogida de firmas para pedir al gobierno local que este espacio público quede libre de aparcamientos de vehículos presentaron el 29 de enero de 2014 en el registro del Ayuntamiento más de mil firmas de ciudadanos de Ubrique que se adhieren a esta solicitud. El escrito que presentaron, dirigido al alcalde, Manuel Toro, dice así: «Quisiéramos expresarle nuestras inquietudes y una petición muy importante, de relevancia para Ubrique en general. Sabemos que somos afortunados por vivir en uno de los pueblos más privilegiados de toda la sierra de Cádiz. Sabemos también que en los últimos años nuestro Ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo por mejorar nuestro Conjunto Histórico y por poner en valor monumentos, calles y lugares emblemáticos de nuestro pueblo. El turismo se ha convertido en uno de los motores económicos de Ubrique, constantemente aumenta el número de visitantes, y poco a poco se van habilitando lugares, rutas, visitas y, por supuesto, servicios».
El escrito continúa: «Nuestra plaza, la plaza de la Verdura, ha sido siempre lugar de cultura y de encuentros, de arte y de celebraciones populares. En ella se representó, según algunos autores, la Comedia de Ubrique, y en ella se reunían músicos, pintores, deportistas… Incluso había reuniones para oír la lectura de la prensa cada tarde, cuando sólo unos pocos tenían acceso a la cultura.
Con la modernidad, los vehículos han ido invadiendo nuestras calles y nuestra plaza, impidiendo el paso y el disfrute de vecinos y viandantes. Ya en los primeros gobiernos municipales democráticos se vio la necesidad de impedir el estorbo de los coches en la Plaza de la Verdura, y de hecho la señal de “prohibido aparcar” que hay en el acceso por la calle Fuentezuela, fue colocada siendo don Emilio Rubiales alcalde, en un valioso intento de impedir que los coches siguieran afeando y estorbando en la plaza.
El aumento de los vehículos hizo que las calles de Ubrique se vieran colapsadas por el ingente número de ellos que invadía todos los rincones. Pero en los últimos años hemos visto un magnífico esfuerzo que ya está dando sus frutos: las calles del casco antiguo de Ubrique, declarado “Bien de Interés Cultural” en 2003, al que hay que proteger y poner en valor, se están viendo libres de coches invasores. Hemos estado esperando que llegara el turno a nuestra plaza, que se había convertido en “plaza de aparcamientos” para liberarla de vehículos y recuperarla como lugar de cultura, turismo y esparcimiento.
En ninguna de las plazas que salpican nuestro pueblo está autorizado el aparcamiento, por pura lógica. Lamentablemente pasan los días y los coches continúan invadiendo la que más concierne a la historia de Ubrique. Somos conscientes del problema que supone para el pueblo la escasez de aparcamientos, pero estamos seguros de que con voluntad y buenas disposiciones podemos encontrar un buen lugar para colocar esos DOCE coches que inexplicablemente ocupan la plaza de la Verdura, ya que no sólo no solucionan el problema de dicha carencia de la que todos nos quejamos, sino que empeora sobremanera nuestro desarrollo turístico, pues para el visitante es una imagen lamentable.
Se trata sólo de doce plazas de aparcamiento, que podrían tener otras ubicaciones con una mínima inversión si se hace un pequeño ejercicio de imaginación. Nosotros proponemos algunos nuevos lugares:
Junto a la ermita de San Pedro hay una zona de aparcamientos un tanto caótica y desorganizada: dibujando los aparcamientos y quitando las andas que están al fondo (se podrían poner sobre la rampa) hay sitio para catorce coches. También se podría impedir (existe una normativa) que los coches estén aparcados durante meses en el mismo lugar.
La Plaza de Tierno Galván, remodelada y acondicionada para aparcamientos, podría ubicar un buen montón de vehículos. Es uno de los lugares más desaprovechados del pueblo, puesto que ni siquiera se usa como plaza.
En la Carretera Nueva, detrás de los pisos de los maestros, hay una zona en herradura completamente abandonada, que podría servir de aparcamiento.
En Manuel de Falla, detrás del Alzheimer, por encima de Julio Romero, hay un terreno baldío perfectamente aprovechable para la creación de los necesarios aparcamientos.
También en la Carretera Nueva, entre la eléctrica y los bloques, hay un solar en el que no se puede construir y que con una remodelación, podría servir de zona de aparcamientos, hablando con los propietarios.
Junto al Convento, en la avenida de Miguel Reguera, hay una zona protegida con un antiguo muro que se está derrumbando. Al rehacer ese muro podría replantearse con un par de metros hacia dentro y así se duplicaría el número de coches al colocarlos en diagonal.
Con un simple dumper de relleno, se podrían procurar varias plazas de aparcamiento en la calle Murillo aunque fuesen provisionales, en el solar que cuando llueve se inunda.
Y con una inversión un poco mayor: al aparcamiento de la Avenida del Rodezno podría hacérsele una planta, dándole entrada por arriba, así podrían aparcar el doble de coches.
Se nos ocurren algunos otros lugares en los que podríamos colocar los DOCE coches que actualmente invaden la plaza de la Verdura, por supuesto sin dejar de pensar en las zonas de carga y descarga. Pensamos que los tres aparcamientos que hay en la Plaza del Ayuntamiento, en la fachada de la gestoría, deberían ser de carga y descarga, para que todos los transportistas puedan hacer cómodamente su trabajo y, al mismo tiempo, que no se queden ocupadas durante semanas por los mismos vehículos.
Sabemos que hay muchos estamentos y colectivos del pueblo que apoyan nuestra petición, ya hace muchos años que los pintores de Ubrique solicitaron que se recuperara este lugar emblemático para certámenes, exposiciones, concursos o, simplemente, para disfrutarlo. Sería estupendo que pudiésemos colocar la estatua de un pintor en plena creación en cualquier lugar de la plaza, como encontramos estatuas de escritores y pintores en otras ciudades turísticas.
Incluso los bomberos de nuestro Parque (todos) están de acuerdo con que se impida que aparquen los vehículos en la plaza de la Verdura, por el peligro que supone en cualquier caso de riesgo que la zona esté intransitable.
Por eso la petición de todos los vecinos que firmamos la presente está avalada no sólo por nosotros, propietarios, asociaciones y residentes en la plaza de la Verdura, sino por muchos cientos de ubriqueños y ubriqueñas (adjuntamos alrededor de un millar de firmas) que piensan, como nosotros, que es necesario liberar a nuestra plaza más emblemática de la asfixia de los coches constantemente estorbando y ensuciando este magnífico rincón turístico y cultural ubriqueño.
Los vecinos de la Verdura, esperamos que el equipo de gobierno que usted preside, y que gobierna nuestra localidad actualmente, sea el que, de una vez y para siempre, erradique el problema del aparcamiento de vehículos y abandono de la plaza más genuina de Ubrique, la plaza de la Verdura».
Pliegos de firmas
Por su parte, los pliegos firmados por más de mil vecinos tienen el siguiente texto:
«Los abajo firmantes, vecinos de Ubrique y mayores de edad, MANIFIESTAN QUE:
La Plaza de la Verdura es un lugar emblemático de Ubrique, núcleo de reuniones, patrimonio y cultura, testigo de cientos de manifestaciones culturales y sociales a lo largo de los años.
A medida que los vehículos han ido invadiendo nuestras calles y nuestras vidas, la Plaza de la Verdura se ha ido convirtiendo en un lugar de aparcamiento caótico e inseguro, donde coches, furgonetas y motos campan a su antojo sin ningún respeto por las personas, ni por las viviendas, ni por los veladores legalmente instalados… ni siquiera por los garajes. Generando peligro de incendio para los vecinos de esta plaza, especialmente durante la noche (casas construidas con madera).
Esta invasión de vehículos hace que la Plaza de la Verdura, que debería ser un lugar tranquilo donde el disfrute y la belleza fueran el punto culminante de nuestro casco antiguo, sea actualmente un sórdido lugar, casi intransitable a veces, sucio de manchas de aceites de motor y combustibles, e imposible para niños, abuelos, etc.
Ya en época de nuestro alcalde Emilio Rubiales los ediles percibieron el problema, incluso empezaron a solucionarlo, pero no hubo tiempo para llevar a término la tarea de hacer exclusivamente peatonal nuestra Plaza de la Verdura. Además, todos los otros vecinos del casco antiguo han podido disfrutar de la posibilidad de ver los vehículos alejados de sus calles y de sus puertas, como en todas las ciudades modernas, en las que prima la cultura y el respeto al patrimonio por encima de la comodidad de unos pocos que amontonan sus vehículos en el casco antiguo de las ciudades.
Por ello los abajo firmantes SOLICITAN:
Que con la mayor brevedad posible se tomen las medidas oportunas para que la Plaza del la Verdura, al igual que todos los otros lugares de interés del casco antiguo, se vea libre del asedio de los vehículos de motor (coches, motos,…), y no se permita nunca más el estacionamiento temporal ni permanente en dicha Plaza.
Agradeciendo su interés y seguros de que esta petición no caerá en saco roto, firmamos en Ubrique, a 2 enero de 2014».
El escrito continúa: «Nuestra plaza, la plaza de la Verdura, ha sido siempre lugar de cultura y de encuentros, de arte y de celebraciones populares. En ella se representó, según algunos autores, la Comedia de Ubrique, y en ella se reunían músicos, pintores, deportistas… Incluso había reuniones para oír la lectura de la prensa cada tarde, cuando sólo unos pocos tenían acceso a la cultura.
Con la modernidad, los vehículos han ido invadiendo nuestras calles y nuestra plaza, impidiendo el paso y el disfrute de vecinos y viandantes. Ya en los primeros gobiernos municipales democráticos se vio la necesidad de impedir el estorbo de los coches en la Plaza de la Verdura, y de hecho la señal de “prohibido aparcar” que hay en el acceso por la calle Fuentezuela, fue colocada siendo don Emilio Rubiales alcalde, en un valioso intento de impedir que los coches siguieran afeando y estorbando en la plaza.
El aumento de los vehículos hizo que las calles de Ubrique se vieran colapsadas por el ingente número de ellos que invadía todos los rincones. Pero en los últimos años hemos visto un magnífico esfuerzo que ya está dando sus frutos: las calles del casco antiguo de Ubrique, declarado “Bien de Interés Cultural” en 2003, al que hay que proteger y poner en valor, se están viendo libres de coches invasores. Hemos estado esperando que llegara el turno a nuestra plaza, que se había convertido en “plaza de aparcamientos” para liberarla de vehículos y recuperarla como lugar de cultura, turismo y esparcimiento.
En ninguna de las plazas que salpican nuestro pueblo está autorizado el aparcamiento, por pura lógica. Lamentablemente pasan los días y los coches continúan invadiendo la que más concierne a la historia de Ubrique. Somos conscientes del problema que supone para el pueblo la escasez de aparcamientos, pero estamos seguros de que con voluntad y buenas disposiciones podemos encontrar un buen lugar para colocar esos DOCE coches que inexplicablemente ocupan la plaza de la Verdura, ya que no sólo no solucionan el problema de dicha carencia de la que todos nos quejamos, sino que empeora sobremanera nuestro desarrollo turístico, pues para el visitante es una imagen lamentable.
Se trata sólo de doce plazas de aparcamiento, que podrían tener otras ubicaciones con una mínima inversión si se hace un pequeño ejercicio de imaginación. Nosotros proponemos algunos nuevos lugares:
Junto a la ermita de San Pedro hay una zona de aparcamientos un tanto caótica y desorganizada: dibujando los aparcamientos y quitando las andas que están al fondo (se podrían poner sobre la rampa) hay sitio para catorce coches. También se podría impedir (existe una normativa) que los coches estén aparcados durante meses en el mismo lugar.
La Plaza de Tierno Galván, remodelada y acondicionada para aparcamientos, podría ubicar un buen montón de vehículos. Es uno de los lugares más desaprovechados del pueblo, puesto que ni siquiera se usa como plaza.
En la Carretera Nueva, detrás de los pisos de los maestros, hay una zona en herradura completamente abandonada, que podría servir de aparcamiento.
En Manuel de Falla, detrás del Alzheimer, por encima de Julio Romero, hay un terreno baldío perfectamente aprovechable para la creación de los necesarios aparcamientos.
También en la Carretera Nueva, entre la eléctrica y los bloques, hay un solar en el que no se puede construir y que con una remodelación, podría servir de zona de aparcamientos, hablando con los propietarios.
Junto al Convento, en la avenida de Miguel Reguera, hay una zona protegida con un antiguo muro que se está derrumbando. Al rehacer ese muro podría replantearse con un par de metros hacia dentro y así se duplicaría el número de coches al colocarlos en diagonal.
Con un simple dumper de relleno, se podrían procurar varias plazas de aparcamiento en la calle Murillo aunque fuesen provisionales, en el solar que cuando llueve se inunda.
Y con una inversión un poco mayor: al aparcamiento de la Avenida del Rodezno podría hacérsele una planta, dándole entrada por arriba, así podrían aparcar el doble de coches.
Se nos ocurren algunos otros lugares en los que podríamos colocar los DOCE coches que actualmente invaden la plaza de la Verdura, por supuesto sin dejar de pensar en las zonas de carga y descarga. Pensamos que los tres aparcamientos que hay en la Plaza del Ayuntamiento, en la fachada de la gestoría, deberían ser de carga y descarga, para que todos los transportistas puedan hacer cómodamente su trabajo y, al mismo tiempo, que no se queden ocupadas durante semanas por los mismos vehículos.
Sabemos que hay muchos estamentos y colectivos del pueblo que apoyan nuestra petición, ya hace muchos años que los pintores de Ubrique solicitaron que se recuperara este lugar emblemático para certámenes, exposiciones, concursos o, simplemente, para disfrutarlo. Sería estupendo que pudiésemos colocar la estatua de un pintor en plena creación en cualquier lugar de la plaza, como encontramos estatuas de escritores y pintores en otras ciudades turísticas.
Incluso los bomberos de nuestro Parque (todos) están de acuerdo con que se impida que aparquen los vehículos en la plaza de la Verdura, por el peligro que supone en cualquier caso de riesgo que la zona esté intransitable.
Por eso la petición de todos los vecinos que firmamos la presente está avalada no sólo por nosotros, propietarios, asociaciones y residentes en la plaza de la Verdura, sino por muchos cientos de ubriqueños y ubriqueñas (adjuntamos alrededor de un millar de firmas) que piensan, como nosotros, que es necesario liberar a nuestra plaza más emblemática de la asfixia de los coches constantemente estorbando y ensuciando este magnífico rincón turístico y cultural ubriqueño.
Los vecinos de la Verdura, esperamos que el equipo de gobierno que usted preside, y que gobierna nuestra localidad actualmente, sea el que, de una vez y para siempre, erradique el problema del aparcamiento de vehículos y abandono de la plaza más genuina de Ubrique, la plaza de la Verdura».
Pliegos de firmas
Por su parte, los pliegos firmados por más de mil vecinos tienen el siguiente texto:
«Los abajo firmantes, vecinos de Ubrique y mayores de edad, MANIFIESTAN QUE:
La Plaza de la Verdura es un lugar emblemático de Ubrique, núcleo de reuniones, patrimonio y cultura, testigo de cientos de manifestaciones culturales y sociales a lo largo de los años.
A medida que los vehículos han ido invadiendo nuestras calles y nuestras vidas, la Plaza de la Verdura se ha ido convirtiendo en un lugar de aparcamiento caótico e inseguro, donde coches, furgonetas y motos campan a su antojo sin ningún respeto por las personas, ni por las viviendas, ni por los veladores legalmente instalados… ni siquiera por los garajes. Generando peligro de incendio para los vecinos de esta plaza, especialmente durante la noche (casas construidas con madera).
Esta invasión de vehículos hace que la Plaza de la Verdura, que debería ser un lugar tranquilo donde el disfrute y la belleza fueran el punto culminante de nuestro casco antiguo, sea actualmente un sórdido lugar, casi intransitable a veces, sucio de manchas de aceites de motor y combustibles, e imposible para niños, abuelos, etc.
Ya en época de nuestro alcalde Emilio Rubiales los ediles percibieron el problema, incluso empezaron a solucionarlo, pero no hubo tiempo para llevar a término la tarea de hacer exclusivamente peatonal nuestra Plaza de la Verdura. Además, todos los otros vecinos del casco antiguo han podido disfrutar de la posibilidad de ver los vehículos alejados de sus calles y de sus puertas, como en todas las ciudades modernas, en las que prima la cultura y el respeto al patrimonio por encima de la comodidad de unos pocos que amontonan sus vehículos en el casco antiguo de las ciudades.
Por ello los abajo firmantes SOLICITAN:
Que con la mayor brevedad posible se tomen las medidas oportunas para que la Plaza del la Verdura, al igual que todos los otros lugares de interés del casco antiguo, se vea libre del asedio de los vehículos de motor (coches, motos,…), y no se permita nunca más el estacionamiento temporal ni permanente en dicha Plaza.
Agradeciendo su interés y seguros de que esta petición no caerá en saco roto, firmamos en Ubrique, a 2 enero de 2014».