Ronda ensimismante o nuevo elogio sentimental del acordeón (con permiso de Baroja)
OPINIÓN
Texto y fotos: Pedro Bohórquez Gutiérrez
A José Domínguez Hoyos
Ronda, febrero, más ensimismada que nunca, ahora que es invierno y hace frío y nubes negras cubren su cielo y filtran una luz tenue que impregna la atmósfera y las cosas de su grisalla inhóspita.
Ronda, febrero, congelada en su melancólica parálisis invernal, te detiene y aleja mucho más de la próxima estación.
Ronda y febrero, ensimismados y ensimismantes, te impregnan en su nostalgia triste como esa música de acordeón que nos llega en este mismo momento de un tiempo que parece tan lejano como el horizonte de la ciudad y su espejismo de infinitud, ahora mismo, un sábado por la tarde de un año cualquiera, sentado en los balcones del tajo.
Ronda y febrero te envuelven, sentado en su Alameda abierta al abismo, ...