La ciudad romana de Ocuri acoge el sábado 11 de junio de 2016, a partir de las 20:30 horas, la representación de la obra teatral «Yo, Edipo», a cargo de «Induo Teatro Producciones». Las entradas se pueden adquirir en el Centro de Recepción de Ocuri y la Oficina Municipal de Turismo al precio de 10 €. El aforo está limitado a 150 personas.
El Ayuntamiento informó en su web:
«Sinopsis: Edipo no sólo es un personaje extraído de la mitología, sino que representa la lucha del ser humano por encontrar su propia identidad y conservar la libertad de decidir, aunque estas decisiones sean erróneas y lo conduzcan a su propia destruccion. En palabras de Manuel Fernández Galiano, «Edipo es el hijo de la Fortuna, el hombre que se ha hecho a sí mismo y en el que la libertad lucha bravamente con el hado». Para encontrarse a sí mismo, Edipo deberá desprenderse de las ataduras que lo mantienen sujeto a un mundo acomodado y tranquilo que él supone lejos del peligroso vaticinio que se cierne sobre su destino e iniciar un camino sin retorno que lo conduce a la catástrofe.
Este Edipo, hijo de Layo «el zurdo» y nieto de Lábdaco «el cojo», sale a la búsqueda de su origen encontrándose, cara a cara con un destino al que creía haber burlado. Principio y fin se mezclan alterando el orden lógico de las cosas, dando así sentido a las palabras de Tiresias: «El día de hoy te hará nacer y te matará». En la obra de Sófocles, la muerte de Tebas (la peste), es el punto de partida para la búsqueda de la verdad. De la sangre del vencedor de la Esfinge, celebrado como antiguo salvador de la ciudad, surgirá el nuevo orden.
Cómo Sofocles, también Edipo reivindica la lealtad y la honestidad, reaccionando violentamente contra la injusticia representada por la ambición de poder y la manipulación psicologico-religiosa de los Oráculos. En el espectáculo, a través del diálogo interior de Edipo, ante la mirada impasible de Iocasta, el personaje va dando forma a su tragedia a partir de las dudas y temores que siente al acercarse a la VERDAD.
Estos problemas de la existencia del SER en busca de SU verdad, conducen inevitablemente a la propia destrucción del individuo por el conocimiento, un reflejo en el espejo de la tragedia griega en el que el Pathei Mathos, se convierte en instrumento de autodestrucción que culmina con la castración metafórica de Edipo que le impedirá, a raíz de su descubrimiento, volver a encontrarse con la visión del mundo exterior para seguir evolucionando hacia el final de la VIDA más allá de los crímenes cometidos.
Estos conflictos inherentes al ser humano, son paliados y precipitados, al mismo tiempo, por Iocasta que como la Esfinge, observa la lucha de Edipo por encontrar la respuesta al Enigma de la Existencia en una batalla consigo mismo por intentar cambiar su destino. Los dos personajes, inmerso en un juego metateatral en el que el disfraz es utilizado como elemento para el engaño, irán dando forma a la tragedia de Edipo creada por Sófocles en oposición a la historia del propio mito».
El Ayuntamiento informó en su web:
«Sinopsis: Edipo no sólo es un personaje extraído de la mitología, sino que representa la lucha del ser humano por encontrar su propia identidad y conservar la libertad de decidir, aunque estas decisiones sean erróneas y lo conduzcan a su propia destruccion. En palabras de Manuel Fernández Galiano, «Edipo es el hijo de la Fortuna, el hombre que se ha hecho a sí mismo y en el que la libertad lucha bravamente con el hado». Para encontrarse a sí mismo, Edipo deberá desprenderse de las ataduras que lo mantienen sujeto a un mundo acomodado y tranquilo que él supone lejos del peligroso vaticinio que se cierne sobre su destino e iniciar un camino sin retorno que lo conduce a la catástrofe.
Este Edipo, hijo de Layo «el zurdo» y nieto de Lábdaco «el cojo», sale a la búsqueda de su origen encontrándose, cara a cara con un destino al que creía haber burlado. Principio y fin se mezclan alterando el orden lógico de las cosas, dando así sentido a las palabras de Tiresias: «El día de hoy te hará nacer y te matará». En la obra de Sófocles, la muerte de Tebas (la peste), es el punto de partida para la búsqueda de la verdad. De la sangre del vencedor de la Esfinge, celebrado como antiguo salvador de la ciudad, surgirá el nuevo orden.
Cómo Sofocles, también Edipo reivindica la lealtad y la honestidad, reaccionando violentamente contra la injusticia representada por la ambición de poder y la manipulación psicologico-religiosa de los Oráculos. En el espectáculo, a través del diálogo interior de Edipo, ante la mirada impasible de Iocasta, el personaje va dando forma a su tragedia a partir de las dudas y temores que siente al acercarse a la VERDAD.
Estos problemas de la existencia del SER en busca de SU verdad, conducen inevitablemente a la propia destrucción del individuo por el conocimiento, un reflejo en el espejo de la tragedia griega en el que el Pathei Mathos, se convierte en instrumento de autodestrucción que culmina con la castración metafórica de Edipo que le impedirá, a raíz de su descubrimiento, volver a encontrarse con la visión del mundo exterior para seguir evolucionando hacia el final de la VIDA más allá de los crímenes cometidos.
Estos conflictos inherentes al ser humano, son paliados y precipitados, al mismo tiempo, por Iocasta que como la Esfinge, observa la lucha de Edipo por encontrar la respuesta al Enigma de la Existencia en una batalla consigo mismo por intentar cambiar su destino. Los dos personajes, inmerso en un juego metateatral en el que el disfraz es utilizado como elemento para el engaño, irán dando forma a la tragedia de Edipo creada por Sófocles en oposición a la historia del propio mito».