La sección octava de la Audiencia Provincial de Cádiz, con sede en Jerez, juzga desde el 12 de enero de 2016 al empresario ubriqueño José Luis López, conocido como «El Turronero», y su socio, Francisco Chaves, en el juicio por el «caso de la venta de la estación de autobuses» de Jerez de la Frontera. El fiscal pide para José Luis López una pena de seis años de cárcel. El principal acusado en este caso es Pedro Pacheco, ex alcalde jerezano, para quien la Fiscalía solicita siete años de prisión. En este proceso se juzgan las supuestas irregularidades cometidas en la venta de la antigua estación de autobuses de Jerez (cuyos trámites se desarrollaron de 2004 a 2006), cuando Pacheco era delegado municipal de Urbanismo y vicepresidente de la empresa Emusujesa. Según el fiscal, los promotores José Luis López (El Turronero) y su socio adquirieron el inmueble por 2,7 millones de euros, cuando supuestamente su valor era de 4,4 millones.
Según la acusación del Ministerio Público, la operación se hizo «con desprecio total de las normas administrativas y legales», y se evitó «la posible concurrencia, licitación o intervención de terceros en términos de igualdad» y «con grave perjuicio al patrimonio público al enajenar un inmueble percibiendo [el patrimonio público] un precio considerablemente inferior al que le correspondía por su valor de mercado».
Según la Fiscalía, Pedro Pacheco y el entonces gerente de la citada empresa municipal, Miguel Ballesteros, «de común acuerdo y guiados para favorecer de manera arbitraria» a José Luis López Fernández y su socio en el proceso de enajenación de la antigua estación de autobuses, «realizaron los actos administrativos y las gestiones necesarias» para que les fuese adjudicada a través de la mercantil Ingeniería Jienense, S.L., «de la que eran los verdaderos titulares».
En este caso están imputadas siete personas: Pedro Pacheco, Manuel Ballesteros, José Luis López («El Turronero», Francisco Chaves y tres supuestos testaferros (Joaquín López, Ángel Monereo y Vicente Cervera).
Según la acusación del Ministerio Público, la operación se hizo «con desprecio total de las normas administrativas y legales», y se evitó «la posible concurrencia, licitación o intervención de terceros en términos de igualdad» y «con grave perjuicio al patrimonio público al enajenar un inmueble percibiendo [el patrimonio público] un precio considerablemente inferior al que le correspondía por su valor de mercado».
Según la Fiscalía, Pedro Pacheco y el entonces gerente de la citada empresa municipal, Miguel Ballesteros, «de común acuerdo y guiados para favorecer de manera arbitraria» a José Luis López Fernández y su socio en el proceso de enajenación de la antigua estación de autobuses, «realizaron los actos administrativos y las gestiones necesarias» para que les fuese adjudicada a través de la mercantil Ingeniería Jienense, S.L., «de la que eran los verdaderos titulares».
En este caso están imputadas siete personas: Pedro Pacheco, Manuel Ballesteros, José Luis López («El Turronero», Francisco Chaves y tres supuestos testaferros (Joaquín López, Ángel Monereo y Vicente Cervera).