El arriero o la “heroicidad ignorada”
OPINIÓN
Por Julián Macías Yuste
No era posible que, en un pueblo que estaba creándose como una deseada joya en el entorno de las Siete Villas, a base de la inigualable creatividad y laboriosidad de sus honrados parroquianos, no se hiciera extensiva dicha cualidad no solo a sus petaqueros artesanos sino también a los abnegados arrieros que, en un respetable número, se encargaban del transporte y trasiego de infinidad de productos, la mayoría de primera necesidad, y que sin su inestimable contribución la vida social del pueblo hubiera resultado imposible.
Era éste un trabajo que podríamos denominar como muy duro y odioso, pues no solo lo hacían de extrema dificultad las inclemencias del tiempo, como los calores tórridos de estas latitudes, sino los fríos intensos del largo invierno, a...