Encuentro en Argentina con los descendientes del último alcalde republicano de Ubrique

Texto: Antonio Morales Benítez, historiador

Manuel Arenas Guerrero, nacido en Ubrique 1888, era hijo de uno de los precursores del republicanismo local. En 1908 emigró a Argentina para descubrir un país de oportunidades y hacer fortuna. Decidió regresar en 1923 y reintegrarse en la vida social y política de Ubrique, distinguirse por sus ideas avanzadas y protagonizar los últimos meses de vida de la República en su pueblo. “El Americano”, como empezó a ser conocido en su localidad, defendió desde las instituciones una democracia representativa de todos los sectores sociales y un Estado laico, delimitando claramente las esferas de Iglesia y Estado. Y aceptó el reto de acceder a la alcaldía el 10 de julio de 1936, en la antesala de la Guerra Civil, por “disciplina y amor a la República”, como él mismo señalaba en su discurso al tomar el cargo. Ello le costaría la vida puesto que tras el estallido de la Guerra Civil fue detenido y fusilado el 14 de agosto de 1936 en la vecina localidad de Benaocaz.

Manuel Arenas Guerreo (fusilado en 1936) y su hijo, Manuel Arenas Duffour, que pudo huir a Argentina.
Manuel Arenas Guerreo (fusilado en 1936) y su hijo, Manuel Arenas Duffour, que pudo huir a Argentina.

Posteriormente, su viuda, Luisa Duffour, y su único hijo, Manuel Arenas Duffour, pudieron salir de España a través de Gibraltar para embarcarse de nuevo hacia Argentina y abandonar este país para siempre. En la colonia inglesa, adonde habían conseguido llegar gracias a que conservaban la nacionalidad argentina, se produjo el último contacto con un familiar de Ubrique. Dejaban detrás un clima de violencia y muerte. Y por delante un futuro incierto. Hacia una tierra que ya conocían –ambos habían nacido en Argentina–, pero no sabían qué les esperaba.
Ya en el nuevo continente, el dolor se convirtió en silencio y el silencio en olvido. Así décadas y décadas. En este tiempo se labraron una nueva vida y mantuvieron un recuerdo amargo de aquel país al que habían llegado con unas maletas llenas de ilusiones once años antes para asentarse de manera definitiva. Pero la guerra truncó esos planes. En Argentina tuvieron que comenzar de nuevo sin el padre. Desde allí realizaron gestiones ante las autoridades consulares argentinas en España para conocer el paradero de quien oficialmente pasó a ser considerado un desaparecido.
Luisa y su hijo en Argentina se refugiaron en la distancia y el olvido. Incluso de sus familiares ubriqueños, porque el dolor les llevó incluso a romper todos los puentes. La vida tenía que volver, pero lejos del país y de la familia que habían dejado atrás para siempre. Vivieron en el municipio de Banfield, al sur de Buenos Aires. Manuel tuvo que abandonar el sueño de convertirse en ingeniero, cuyos estudios tenía previsto iniciar en Madrid tras el verano de 1936, y se dedicó a la reparación de televisores y radios. Luisa murió en 1976 y Manuel en 1987 sin recuperar el contacto con España.
Sus descendientes tenían una vaga idea de la historia de sus antepasados en España. Sabían que en un baúl de la casa se guardaba la camisa ensangrentada que le habían entregado los captores de Arenas Guerrero como prueba del crimen y apenas unos pocos enseres que habían podido traer de aquel país, así como algunas fotos de personas y lugares que desconocían. Y convencidos de que no tenían familiares con los que contactar, España era un capítulo cerrado. No había que volver la vista atrás, como les habían enseñado. No había recuerdos que compartir. Solo un inmenso océano por medio.
Sin embargo, tarde o temprano, las nuevas generaciones preguntan. Porque había muchas preguntas y pocas respuestas. Algunos intentos de localización desde el otro extremo del Atlántico habían fracasado. Pero en la era de la comunicación todo daría un giro inesperado. Fabián Arenas, nieto de Arenas Duffour, consiguió contactar con los familiares de Ubrique. En los mensajes que siguieron se cruzaron historias y emociones. Hasta que el 12 de septiembre de 2024 se produjo en Buenos Aires un primer encuentro. Hacía 88 años que miembros de esta familia repartida entre Argentina y España no se veían. Ahora no había tiempo que perder y enseguida empezaron a brotar los relatos que habían oído, a veces en versiones contradictorias. Los encuentros se repitieron en los días posteriores porque había una deuda con el pasado. Para reconstruir la memoria había que romper un muro de silencio de casi nueve décadas y tender esos espacios comunes perdidos desde 1936.

Antonio Mortales Benítez, con los descendientes de Manuel Arenas Guerrero, en Argentina, en septiembre de 2024.
Antonio Mortales Benítez, con los descendientes de Manuel Arenas Guerrero, en Argentina, en septiembre de 2024.

Tras tanto horror, brotaba la esperanza. La vida, en cualquiera de sus formas, acaba siempre imponiéndose a la barbarie y se abría paso en las personas de Fabián, Carlos, Marcela, Antonio, Nicolás, Ignacio y Mili. En las conversaciones estaban presentes esos antepasados que no conocieron pero a los que tampoco olvidan. Y no hay palabras para describir el encuentro en el centro de Buenos Aires y en los municipios de Banfield y Lomas de Zamora. O el recorrido apresurado por las calles Rivadavia y Moreno de la capital federal. Tantos lugares que evocan los relatos que habían oído.
Está pendiente la vuelta de estos familiares argentinos del último alcalde republicano de Ubrique al pueblo de sus antepasados. Volver para reconciliarse con la historia, seguir los pasos de sus antepasados, buscar ese rastro y esos escenarios en ese país lejano para recuperar la memoria familiar que el conflicto bélico de 1936 borró. Porque la guerra destruye y divide pero solo el conocimiento de la verdad es capaz de cerrar definitivamente las heridas.

Antonio Mortales Benítez, con los descendientes de Manuel Arenas Guerrero, en Argentina, en septiembre de 2024.
Antonio Mortales Benítez, con los descendientes de Manuel Arenas Guerrero, en Argentina, en septiembre de 2024.

 

Antonio Morales Benítez, con descendientes de El Americano, en Lomas de Zamora (Argentina), en 2024.
Antonio Morales Benítez, con descendientes de El Americano, en Lomas de Zamora (Argentina), en 2024.

 

Intercambio de recuerdos con un descendiente del último alcalde republicano de Ubrique en Argentina en 2024.
Intercambio de recuerdos con un descendiente del último alcalde republicano de Ubrique en Argentina en 2024.

 

Con un álbum de Manuel Arenas Duffour.
Con un álbum de Manuel Arenas Duffour.

 

Con un preciso traído de Ubrique.
Con un preciso traído de Ubrique.
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