'Acoso escolar: educación y orientación', por Rafael Vega Oliva
Texto: Rafael Vega Oliva
Lo he titulado acoso escolar y debí añadirle el adjetivo: Supuesto. Pero en el más estricto sentido de la palabra, ya que los avisadores y las alarmas no saltan y al contario, enmudecen:
El interesado no dice nada y calla por temor a represalias.
Los padres no detectan ningún cambio en el niño o tardan tiempo en percatarse del mismo, y cuando se enteran ya es demasiado tarde.
A los docentes se les puede escapar este problema en el aula, ya que su misión básica diaria es la enseñanza, y no disponen del conocimiento suficiente para adelantarse a un caso de acoso, además de que los acosadores buscan los momentos claves, recreos o espacios comunes, donde no se encuentren profesores o incluso esperan para actuar fuera del centro. A esto también contribuye el uso indiscr...