El arqueólogo Jesús Román Román, miembro de la Asociación Papeles de Historia, es uno de los firmantes de un informe sobre «Ética, protocolos y obligaciones del equipo técnico en las fosas de la memoria», suscrito junto con los antropólgos Juan Manuel Guijo Mauri y Juan Carlos Pecero Espín y los arqueólogos Andrés Fernández Martín y Elena Vera Cruz. Dicho informe es resultado de una ponencia presentada en las III Jornadas de Memoria Histórica de El Castillo de las Guardas sobre “Los componentes y procesos de exhumación”. El informe ha sido publicado en la web de Todos los Nombres.
Comienza así: «Las disciplinas científicas que intervienen en las investigaciones internacionales en fosas clandestinas se articulan en torno a la arqueología, a la antropología forense y a la patología forense (Klinkner 2009: 106). La observación, la descripción, el registro y la interpretación de las evidencias, para probar o descartar la existencia de posibles hechos criminales, constituyen la columna vertebral de la aportación de estas disciplinas. La mala praxis puede condicionar el registro de unas pruebas y conducir a falsas interpretaciones o a pasar por alto evidencias de primer orden. La claridad en la formulación de las propuestas técnicas y en la argumentación sobre el escenario objeto de intervención se revelan esenciales desde el punto de vista científico pero sobre todo desde las obligaciones éticas con las víctimas, familias y derechos humanos».
Informe completo.
Comienza así: «Las disciplinas científicas que intervienen en las investigaciones internacionales en fosas clandestinas se articulan en torno a la arqueología, a la antropología forense y a la patología forense (Klinkner 2009: 106). La observación, la descripción, el registro y la interpretación de las evidencias, para probar o descartar la existencia de posibles hechos criminales, constituyen la columna vertebral de la aportación de estas disciplinas. La mala praxis puede condicionar el registro de unas pruebas y conducir a falsas interpretaciones o a pasar por alto evidencias de primer orden. La claridad en la formulación de las propuestas técnicas y en la argumentación sobre el escenario objeto de intervención se revelan esenciales desde el punto de vista científico pero sobre todo desde las obligaciones éticas con las víctimas, familias y derechos humanos».
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