En el curso de los trabajos del proyecto de exhumación de las víctimas sepultadas en fosas comunes en la finca del Marrufo, ubicada en el término municipal de Jerez de la Frontera (en el límite con el de Ubrique), en los últimos días se han iniciado las tareas de extracción de los primeros restos humanos localizados en estas excavaciones arqueológicas, que se iniciaron el 2 de julio de 2012. La primera extracción se realizó el martes 31 de julio, y hasta el 6 de agosto se han extraído ocho cuerpos. Tras efectuarse la exposición y registro de estos restos humanos, se ha procedido a su secado y limpieza, a su revisión y al estudio de estos materiales óseos desde el punto de vista de la antropología física. Asimismo se están efectuando labores de reconstrucción de partes de estos restos susceptibles de arrojar información de interés. Estas tareas están dirigidas por los antropólogos físicos Juan Manuel Guijo y Juan Carlos Pecero.
En un comunicado, la asociación de familiares de las víctimas dice: «A falta de la redacción del informe científico final, los técnicos avanzan la hipótesis de que estamos ante fosas clandestinas que nada tienen que ver con los espacios socialmente aceptados para la práctica de las sepulturas. Son enterramientos colectivos, y la posición de los cuerpos evidencia que en la forma en que fueron depositados no se guardó el respeto debido a estas personas. No se trata de enterramientos normalizados, pues los sujetos fueron despojados de su identidad. Además, sobre el terreno se pueden observar evidencias de episodios de violencia.
Por otra parte, el arqueólogo director de esta excavación, Jesús Román, miembro de la Asociación Papeles de Historia, informó del inicio de una serie de sondeos en otras zonas del cortijo distintas al lugar en el que se localizaron las primeras cuatro fosas comunes. En estos nuevos puntos, ya se hicieron en 2011 unas prospecciones que arrojaron resultados positivos en cuanto a evidencias balisticas, lo que hace suponer que se trata de lugares donde al menos hubo fusilamientos, y ahora se trata de determinar si también son zonas donde hubo enterramientos. Se trata de determinar, pues, si ahí hay nuevas fosas.
Los fusilamientos sin formación de causa se hicieron en esta zona entre principios de noviembre de 1936 y finales de febrero de 1937. El valle de la Sauceda –en el que se incluye la finca del Marrufo– se había convertido en un lugar de refugio de cientos de personas que huían del avance de las tropas sublevadas. Una vez ocupado este territorio -en el que confluyen las provincias de Cádiz y Málaga- por las fuerzas rebeles el 1 de noviembre de 1936, en este cortijo se instaló un destacamento militar sublevado, que hizo las veces de campo de concentración, tortura y fusilamientos masivos.
Hasta el momento, en el curso de estas excavaciones, han sido localizados restos de 21 personas.
Por otra parte, Andrés Rebolledo informó de las gestiones que está efectuando con el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera y la Delegación provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga, para la concesión de la autorización administración pertinente de cara a los trabajos de rehabilitación del antiguo cementerio de la Sauceda –que dejó de funcionar en la década de los sesenta–, en el que se prevé llevar a cabo la sepultura digna de los restos humanos que se exhumen en estas excavaciones. La asociación de familiares está a la espera de la concesión de dicha autorización para emprender estos trabajos de rehabilitación.
En este proyecto de excavación participa, junto con el equipo técnico, una veintena de voluntarios. A partir del 15 de agosto, se prevé la incorporación de nuevos voluntarios en sustitución de los que den por finalizada su colaboración».
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