La Lisboa de Manuel Ángel Gómez Angulo

Texto: Pedro Bohórquez Gutiérrez
Fuente del artículo reseñado: El coloquio de los perros

Manuel Gómez Angulo sale airoso en esta aproximación a algo tan inaprensible como es el alma o como queramos llamar a lo que hace que una ciudad no se parezca sino a sí misma. Es el caso de esta crónica de viaje en tres tiempos superpuestos y fundidos en torno a Lisboa.
He escrito aproximación deliberadamente porque en esa tentativa titánica de plasmar en palabras las impresiones que deja en la conciencia (de quien la tiene tan despierta como viva la memoria e inspirada la imaginación) el conocimiento de ese espacio mítico donde confluyen todos los tiempos, de geografía e historia enredadas y moldeadas la una por la otra, de esa ilusión de tiempo detenido en que consiste toda ciudad, solo cabe la aproximación. Creo que es un género en sí mismo, la aproximación, esos apuntes del natural, tomados a vuela pluma, de una realidad que se nos devuelve palpitante al lector, gracias a una sabia combinación alquímica de la palabra; esas meditaciones, como diría el Ortega de las notas de andar y ver, un género al que para atreverse se requiere un cierto arrojo y valentía.
Manuel Gómez lo es sobradamente, valiente y animoso en su prosa afilada, cortante y a la vez barroca tanto como puede serlo Lisboa.
Y en su radiografía de esta ciudad única no solo deja patente esta cualidad. Además, es original, elude las escolleras del tópico, en las que tan fácil es estrellarse y el lugar común manido donde tantos se dan de bruces. Aporta personal perspectiva (que ya es difícil con materia tan compleja y escurridiza) a una realidad (la ciudad en su latido y en su pulso cotidianos) que ofrece tantos ángulos como miradas, y presta su palabra a quienes ante lo inefable solo alcanzamos a balbucear.
Es el de Manuel Gómez Angulo un texto feliz que conduce al lector sin que este se dé cuenta a Lisboa y a ese estado de gracia que pisar sus calles (quien estuvo lo siente) provoca, pues Lisboa, como Roma, es amor a primera vista y para siempre.
Manuel Gómez nos garantiza un viaje a Lisboa y a nosotros mismos, a nuestra propia memoria personal. Quien ha estado en Lisboa con los sentidos despiertos y sin otro propósito que el de ver y pasear recobrará y podrá revivir en esta crónica los recuerdos de sus estancias (que siempre serán cortas) en la capital de ese país hermano, tan cerca y a la vez tan lejos, hecho mitad de sueños (¿qué otra cosa es el recuerdo de la felicidad vivida? ) y de literatura.

Captura de la web de El coloquio de los perros.
Captura de la web de El coloquio de los perros.

 

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