Texto: Luis Javier Guerrero Misa (Arqueólogo)
Fuente: Oppidum
El pasado día 7 de abril, tras algunos meses de retraso por problemas presupuestarios, iniciamos la intervención arqueológica de apoyo a la restauración de la Muralla Ciclópea de la ciudad romana de Ocuri (Ubrique, Cádiz). El proyecto, autorizado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y financiado íntegramente por el Ayuntamiento de Ubrique, es codirigido por quien esto escribe y el arqueólogo Jesús Román Román, ambos miembros de la Asociación Papeles de Historia.
La intervención consta de dos fases de actuación bien diferenciadas. En la primera, que acabamos de iniciar, se van a limpiar las vegetaciones y los derrubios caídos en los últimos años en las zonas que se excavaron entre los años 2000 a 2003, reactivándose los antiguos perfiles y preparando todo el sector del interior de la muralla caída para su restauración. Una vez realizada la limpieza se desescombrará toda la zona derruida y se procederá a un meticuloso trabajo de numeración y documentación (en dibujo y fotografía) de las grandes piedras ciclópeas movidas por la vegetación intrusiva para proceder a su desmontaje ordenado. Tras esta operación se intentará eliminar las grandes raíces que han ocasionado el derrumbe y se instalará un sistema de drenaje de aguas para impedir el embolsamiento en las zonas interiores e impedir nuevos procesos erosivos.
En la segunda fase, que se ha adjudicado a una empresa constructora de la localidad de reconocida experiencia, se volverá a montar las grandes piedras ciclópeas en su lugar de origen y se trabarán para impedir su desplazamiento. Este proceso será el más complicado y difícil de la intervención pues el porte y peso de algunas piedras es impresionante. Al mismo tiempo, toda el área afectada en la zona noroccidental de la muralla, así como el vano de entrada, que aún conserva los arranques de las pilastras que flanqueaban la puerta y varios de los escalones originales, será consolidada y restaurada.
Como ya expusimos en este mismo blog, afortunadamente, los dibujos y fotografías que se tomaron en la excavación del año 2003 y las que se hicieron en 2004 para un primer malogrado proyecto de restauración que no consiguió finalmente suficiente financiación, nos van a permitir ahora su correcta restauración pues sabemos la ubicación exacta de cada una de las grandes piedras ciclópeas.
Por tanto, recordamos que el objetivo principal de esta intervención arqueológica de apoyo a la restauración de la Muralla Ciclópea de Ocuri es conseguir la total estabilización de la estructura muraria, eliminando no solo los peligros derivados de la acción bioturbadora de las plantas intrusivas y del ganado circundante, sino eliminando además las posibles presiones físicas y mecánicas que los sedimentos acumulados en su trasdós han venido ocasionándole en los últimos siglos, tras su “taponamiento” intencionado en el siglo XVIII.
Su posterior consolidación debe ir pareja a un proceso de nueva “puesta en valor” para su posterior inclusión en las visitas turísticas guiadas, que el Ayuntamiento quiere potenciar a corto plazo, al ser un elemento estructural imprescindible que nos ha suministrado una importantísima y valiosa información sobre el devenir histórico de esta notable ciudad íbero-romana de la Sierra de Cádiz.
Fuente: Oppidum
El pasado día 7 de abril, tras algunos meses de retraso por problemas presupuestarios, iniciamos la intervención arqueológica de apoyo a la restauración de la Muralla Ciclópea de la ciudad romana de Ocuri (Ubrique, Cádiz). El proyecto, autorizado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y financiado íntegramente por el Ayuntamiento de Ubrique, es codirigido por quien esto escribe y el arqueólogo Jesús Román Román, ambos miembros de la Asociación Papeles de Historia.
La intervención consta de dos fases de actuación bien diferenciadas. En la primera, que acabamos de iniciar, se van a limpiar las vegetaciones y los derrubios caídos en los últimos años en las zonas que se excavaron entre los años 2000 a 2003, reactivándose los antiguos perfiles y preparando todo el sector del interior de la muralla caída para su restauración. Una vez realizada la limpieza se desescombrará toda la zona derruida y se procederá a un meticuloso trabajo de numeración y documentación (en dibujo y fotografía) de las grandes piedras ciclópeas movidas por la vegetación intrusiva para proceder a su desmontaje ordenado. Tras esta operación se intentará eliminar las grandes raíces que han ocasionado el derrumbe y se instalará un sistema de drenaje de aguas para impedir el embolsamiento en las zonas interiores e impedir nuevos procesos erosivos.
En la segunda fase, que se ha adjudicado a una empresa constructora de la localidad de reconocida experiencia, se volverá a montar las grandes piedras ciclópeas en su lugar de origen y se trabarán para impedir su desplazamiento. Este proceso será el más complicado y difícil de la intervención pues el porte y peso de algunas piedras es impresionante. Al mismo tiempo, toda el área afectada en la zona noroccidental de la muralla, así como el vano de entrada, que aún conserva los arranques de las pilastras que flanqueaban la puerta y varios de los escalones originales, será consolidada y restaurada.
Como ya expusimos en este mismo blog, afortunadamente, los dibujos y fotografías que se tomaron en la excavación del año 2003 y las que se hicieron en 2004 para un primer malogrado proyecto de restauración que no consiguió finalmente suficiente financiación, nos van a permitir ahora su correcta restauración pues sabemos la ubicación exacta de cada una de las grandes piedras ciclópeas.
Por tanto, recordamos que el objetivo principal de esta intervención arqueológica de apoyo a la restauración de la Muralla Ciclópea de Ocuri es conseguir la total estabilización de la estructura muraria, eliminando no solo los peligros derivados de la acción bioturbadora de las plantas intrusivas y del ganado circundante, sino eliminando además las posibles presiones físicas y mecánicas que los sedimentos acumulados en su trasdós han venido ocasionándole en los últimos siglos, tras su “taponamiento” intencionado en el siglo XVIII.
Su posterior consolidación debe ir pareja a un proceso de nueva “puesta en valor” para su posterior inclusión en las visitas turísticas guiadas, que el Ayuntamiento quiere potenciar a corto plazo, al ser un elemento estructural imprescindible que nos ha suministrado una importantísima y valiosa información sobre el devenir histórico de esta notable ciudad íbero-romana de la Sierra de Cádiz.