Y el sufrido curtidor tenerario ubriqueño
OPINIÓN
Julián Macías Yuste
Inmersos de lleno en reconocer que todos los factores que rodean al artista van influyendo de manera altamente significativa en sus creaciones y, si partimos del axioma “no se quiere lo que no se conoce”, convendríamos en reconocer que el creador de belleza es porque antes la asume y después tiene esa capacidad sumamente innata de poderla plasmar. En uno de los grandes cuadros que colgaban de las paredes del cine de mi abuelo Diego Yuste, Salón Siglo XX se leía “La belleza enciende la antorcha del amor”, que si damos por cierta, convenimos que ésta es el desencadenante de la aparición de una de las manifestaciones más intrínsecas, profundas y complicadamente sustanciales de lo espiritual, sólo atribuibles al alma humana. Pero ¿puede la belleza generar otra f...