Texto: Fernando Sígler Silvera
En 2023 se cumple el bicentenario del fin del Trienio Liberal, el régimen que contribuyó a implantar el militar asturiano Rafael del Riego con su pronunciamiento en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) el 1 de enero de 1820 que obligó al rey absolutista Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 que él mismo había anulado en 1814 a su regreso de su retiro dorado en Francia al término de la Guerra de la Independencia. Este trienio constitucional, acosado por conspiraciones contrarrevolucionarias en las que figuró implicado el propio monarca, estuvo en el punto de mira de las potencias absolutistas europeas, que el 20 de octubre de 1822 decretaron en el Congreso de Verona una próxima intervención armada en España para reponer como rey absolutista al Borbón felón. El caldo de cultivo lo estimularon las bandas realistas que, incapaces de imponerse a los constitucionalistas, reclamaron una invasión militar extranjera. Numerosas partidas facciosas operaron en todo el territorio nacional. Ubrique no fue una excepción, como lo revela un documento del Archivo Histórico Provincial de Cádiz (1). El 21 de febrero de 1823 el Ayuntamiento constitucional de Ubrique dio parte al Gobierno de una operación de persecución de seis facciosos que pululaban por este término municipal. Una semana después, el representante gubernamental, en respuesta al oficio que le había enviado la corporación local, comunicaba al Ayuntamiento de Ubrique que había dado cuenta al rey (entonces formalmente constitucional, pese a su disimulada voluntad de acabar con el Trienio) de «una ocurrencia con seis facciosos» en este término. Añadía que Su Majestad «se había servido mandar» que manifestase al consistorio ubriqueño que «tendrá presente los méritos contraídos por las personas que se refieren en el precitado oficio en la persecución de los facciosos».
Esta persecución de facciosos no impidió que a las pocas semanas, el 7 de abril de 1823, se iniciara la invasión de España por los Cien Mil Hijos de San Luis, que a final de agosto tomaron al asalto el fuerte de Trocadero en Cádiz, con lo que precipitaron la caída del Trienio Liberal y la reposición como rey absolutista del propio Fernando VII.
Rafael del Riego
¿Quién fue el precursor del Trienio Liberal, Rafael del Riego? Sobre él escribió una biografía Carmen de Burgos (1867-1932) al poco de proclamarse la Segunda República española, con el título de Gloriosa vida y desdichada muerte de don Rafael del Riego (un crimen de los Borbones) (2). Se trata de un ejemplar de la edición que dieron a la luz hace una década el Centro de Estudios Andaluces y Renacimiento. La escritora almeriense, conocida como Colombine –seudónimo que le asignó Augusto Fernández de Figueroa, editor del Diario Universal, para sus artículos de la columna «Lecturas para las mujeres», de principios del siglo XX–, traza la trayectoria vital y política del militar que se pronunció en Las Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820 para proclamar la Constitución de 1812 que el rey absolutista Fernando VII había abolido en 1814, como se ha dicho, a su vuelta de su «exilio» dorado en Francia, al término de la Guerra de la Independencia.
Carmen de Burgos enmarca la biografía del líder liberal en el contexto de la lucha de los constitucionalistas contra el absolutismo borbónico, con el empeño de que su «alto ejemplo» germine en el pueblo, para que este conozca bien su figura y valore su «gran virtud cívica y privada» (pág. 166). Impulsaba esta tarea su anhelo de desmentir el dibujo «falseado y contrahecho» que de su personalidad hizo la historiografía reaccionaria. Basándose en documentos del archivo familiar de este militar asturiano, Colombine refuta a lo largo de su obra las apreciaciones despectivas que de él hizo el otrora liberal exaltado que evolucionó hacia posturas conservadoras Alcalá Galiano, que ella considera opiniones erróneas e injustas. La biógrafa del héroe de Las Cabezas afirma: «En Riego no hubo ambición de ninguna clase; su vida estuvo toda llena de generosidad y desinterés» (pág. 165).
Llama la atención que el autor de la amplia introducción histórica que antecede a la obra de Colombine, Manuel Moreno Alonso, se alinee con la historiografía que ha cuestionado la figura de Riego y en especial tome como autoridad en esta descalificación del personaje al propio Alcalá Galiano (págs. 108-109). Además, Moreno Alonso pone en duda la capacidad de la propia Carmen de Burgos (págs. 30-36) para trazar una rigurosa biografía de quien llegó a protagonizar el himno que será adoptado como oficial por la propia República española («Soldados, la patria / os llama a la lid, / juremos por ella / vencer o morir»; «Lució nunca un día / más grande en valor / que aquel que inflamados / nos vimos del fuego / que excitara en Riego / de patria el amor»…; o el que cantaron sus partidarios el 24 de octubre de 1821: «En Las Cabezas / Riego clamó / la suspirada / Constitución»).
Para un lector que se formó en el estudio del Trienio Liberal con las obras clásicas, como las de Gil-Novales (3), por ejemplo, cabe la discrepancia con la visión conservadora que ofrece el autor de la introducción de la biografía de Riego escrita por Colombine. Resulta gratificante la lectura de la Gloriosa vida y desdichada muerte de Riego de una de las pioneras del movimiento de las sufragistas españolas.
Sirva esta breve reseña para contribuir a las aportaciones conmemorativas del bicentenario del Trienio Liberal (1820-1823 / 2020-2023).
Notas:
(1) Archivo Histórico Provincial de Cádiz, oficio de Gobernación de la Península, sección de Gobierno Político, a Ayuntamiento de Ubrique, 28/2/1823.
(2) BURGOS, Carmen de: Gloriosa vida y desdichada muerte de don Rafael del Riego (un crimen de los Borbones). Estudio introductorio de Manuel Moreno Alonso. Sevilla, Centro de Estudios Andaluces – Editorial Renacimiento, 2013.
(3) GIL-NOVALES, Alberto: El Trienio Liberal. Madrid, Siglo XXI, 1980; «El Trienio Liberal», en Centralismo, Ilustración y agonía del Antiguo Régimen (Historia de España, dirigida por Manuel TUÑÓN DE LARA, vol VII). Barcelona, Labor, 1992, págs. 288-309; Las Sociedades Patrióticas. Madrid, Tecnos, 1975.