Antes de que la fiesta de halloween hubiese sido importada del mundo anglosajón, Ubrique contaba con una tradición festiva conocida como el «Dia de los Paseos», que se celebraba el 2 de noviembre. Era una jornada en la que los vecinos marchaban al campo de jira. Sus casas quedaban vacías para que los espíritus de los difuntos volvieran a morar durante ese día en los hogares donde vivieron. Esta explicación se contiene en el libro El habla de Ubrique, de Bartolomé Pérez Sánchez de Medina y cuya segunda edición salió a la luz en 2016.