'Un rumor de pinceles', por Casiano López Pacheco
CUADERNO DE APUNTES
Un rumor de pinceles
Por Casiano López Pacheo
La verdad es que Pedro estaba allí. Se percibía su presencia antes de que la primera luz del día rayase los riscos violáceos de la Sierra que nos ampara. Por ejemplo, se encontraba en el mismo lugar en que se colocó el año pasado. Justo encima del Rodezno donde una pintora se esmeraba dibujando minuciosamente las paredes ruinosas de esta Pompeya ubriqueña que a tantos artistas seduce con la ajada belleza de una vieja dama.
Y su presencia era fuerte. Latente, viva. Lo mismo fluía por el recinto precioso del Convento, observando a los artistas por allí dispersos, que se situaba discretamente junto a Estefanía Guerra, que con un talante excelente resolvía con seguridad las texturas complicadas de una vetusta fachada, a la que ...