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Luis García Bravo continuó: «He aquí una prueba de tantos hombres y mujeres que fueron asesinados por un régimen fascista impuesto por la fuerza como fue el franquismo. Listados interminables, que investigadores e historiadores han llevado y siguen llevando a las páginas de nuestra historia más reciente.
Es un día también para recordar a quienes fueron asesinados tras la guerra civil, en esa larga posguerra de hambre, silencio, miedo y luto, que duró hasta la muerte del dictador.
Aún después de tantos años de investigación me sorprenden algunas causas de juicio sumarísimo que se encontraron en los archivos militares.
Recuerdo una de esas causas que tiene que ver con ciudadanos y ciudadanas de este bello pueblo de Ubrique y de pueblos colindantes, donde fueron detenidos hombres, mujeres y familiares de quienes lucharon en la guerrilla o se les relacionó de alguna forma con el movimiento guerrillero de posguerra.
Todos ellos fueron interrogados exhaustivamente, incluso a algunos se les aplicó la ley de fugas. Cuando todos ellos fueron llevados a Sevilla para ser juzgados, fue comentado y llamó la atención el estado tan deprimente en que llegaron estas personas a la capital. Se pueden ustedes hacer una idea de cuál sería el estado en que llegaron.
El delito que todos habían cometido fue: unos pertenecer al último brazo armado de la República que seguía luchando contra el franquismo, otros el auxiliarles y servirles de enlace, otros el mero hecho de haberlos conocido y otros el ser familiares.
También hoy, día 14 de abril, es un día para recordar lo que hemos vivido no hace muchos meses, en la exhumación de la fosa del Marrufo, donde vimos los restos humanos de hombres y mujeres atados con alambres por sus extremidades, a los que asesinaron y echaron a la fosa que ellos mismos habían excavado el día anterior.
Es un día para no olvidar a aquellas mujeres a las que les fueron arrebatados sus hijos en las cárceles nada más parirlos, a esas otras mujeres que sufrieron toda clase de vejaciones, que fueron rapadas, paseadas, purgadas y violadas.
Y es un día para recordar una y mil veces más a quienes defendieron y murieron por la República y la libertad.
La razón y las causas de nuestros movimientos memorialistas no son otras que la de que se haga JUSTICIA y se cumplan los derechos HUMANOS que amparan a las víctimas y sus familiares de la represión franquista. Hasta el día de hoy el Gobierno sigue sin dar solución real al problema, manteniendo un estado de total impunidad al respecto.
Hay quienes piensan aún a día de hoy que esto, que todos hemos dado en llamar la Recuperación de la Memoria Histórica, y el querer que se haga justicia con los crímenes imprescriptibles perpetrados por el franquismo es una cuestión del pasado que se debería dejar enterrada y seguir con la gran losa que el régimen franquista depositó encima de olvido y silencio.
Hay quienes siguen pensando que no hace falta que las páginas arrancadas por el fascismo de nuestros libros de historia vuelvan a ser pegadas para que se conozca la historia.
También hay quienes dicen y piensan que lo que hacemos es remover el pasado y que éste debe ser olvidado para no volver a abrir heridas
Y yo les digo a todos cuanto piensan y hablan así: No, las heridas quedarán cerradas cuando se cumplan los derechos humanos que amparan a las víctimas del franquismo y se haga justicia.
Y también pregunto : ¿Por qué nuestros gobernantes siguen sosegados y perdiendo el tiempo empeñados en hacer leyes estériles y que nunca darán respuestas al cumplimientos de los derechos y a la justicia ? ¿Y por qué no hacen lo que por tres veces les ha sido aconsejado y exigido por la ONU a éste y a los anteriores gobiernos, el cumplir de una vez por todas para acabar con la impunidad que sigue existiendo a día de hoy en nuestro país, amparada por una ley de amnistía de 1977 y una ley estéril como la de la Memoria Histórica?
¿Cuándo esos nuestros gobernantes condenarán, y digo condenar, al régimen franquista públicamente como un régimen criminal? ¿Cuándo se dejarán de utilizar y disfrazar en sus mítines, intervenciones y en documentos expresiones tales como que «hay que luchar y rescatar la dignidad de las víctimas y sus familiares, o que el régimen de Franco es ilegal? ¿Y cuándo en voz muy alta lo cambiarán por palabras como justicia, crímenes, asesinatos, tal cual lo hacen los derechos humanos y las leyes internacionales, las que amparan a las víctimas y familiares de la represión franquista?
Es sorprendente que a día de hoy todavía ningún presidente de gobierno haya condenado públicamente el régimen franquista y solamente digan que fue un «régimen ilegal». Hay aún alcaldes y políticos a quienes cuando intervienen en mítines u homenajes a supervivientes o a víctimas de la represión franquista no se les escucha decir ni tan siquiera la palabra fascista.
¿Y cuándo en nuestro país habrá un gobierno que tome el ejemplo de Alemania, Argentina, etc.?
Será entonces, y no antes, cuando tengan respuestas estas preguntas.
¿Cuándo en España el estado de impunidad comenzará a desaparecer? Será entonces cuando por fin habrá
Verdad, Justicia y Reparación.
Viva la República».
Manifiesto del 14 de abril
El acto se inició con una ofrenda floral a las víctimas de la represión ante el monolito donde figuran los nombres de los republicanos ubriqueños fusilados. Seguidamente, el coordinador local de IU, José García Solano, leyó un Manifiesto del 14 de Abril, en recuerdo de la Segunda República, proclamada el 14 de abril de 1931. El manifiesto dice así: «Ellos fueron testigos y pagaron con sus vidas. En su recuerdo y por su Memoria, que es la nuestra, este 14 de Abril de 2014 estamos homenajeándolos. También simbolizan a las decenas y decenas de miles de desaparecidos, los exiliados y quienes sufrieron toda clase de represión durante la dictadura.
Es paradójico que en España a estas alturas alguien pueda rendir pleitesía a aquellos que trajeron la guerra, la muerte, las desapariciones, los juicios forzados, la dictadura impregnada de miedo, torturas y horror.
Miedo y horror que aún hoy se puede percibir. Y si no hay más es por la sencilla razón de que muchas personas que las sufrieron, las conocieron o simplemente las percibían a través de amigos o familiares hoy descansan el sueño eterno.
Personas que en su mayoría no quisieron ni transmitir ese miedo y ese horror a sus familiares más cercanos y menos aún a sus descendientes. Con lo que nos hemos encontrado con generaciones de jóvenes que desconocen su propia historia y las calamidades a las que su propia familia tuvo que enfrentarse. Y es ese, posiblemente, desconocimiento de su historia, la que a muchos, relajadamente, les lleva a militar en formaciones políticas que comulgan perfectamente con la ideología que sembró esa muerte, ese miedo y ese horror.
A esta situación contraponemos la que, afortunadamente, viene produciéndose cada vez con más acierto y fuerza, reclamando un cambio de este régimen político.
El 2013 representaba el despegue social, la suelta de amarras de una nave que había encontrado su rumbo. Porque ese año se rebasaban todos los cálculos de actos, conmemoraciones, celebraciones y homenajes a esos hombres y mujeres de toda edad y condición, en toda la escala social española que con fuerte convicción y ánimo de lucha por defender la libertad, el progreso y la democracia estaban dispuestos a entregar su propia vida si ello fuera necesario.
También la marea holocaústica y genocida de una guerra declarada por unos desalmados, viles y sanguinarios generales contra el Estado Español constituido legalmente en República se llevó por delante a otras muchas personas que sin estar tan involucrados o decididos al sacrificio último de entregar la propia vida, también se les hizo pagar por ello.
Pues con esas misma convicción de superar lo conseguido hasta hoy. 2014 vuelve a superar los resultados del año anterior.
La tricolor y lo más importante, lo que esta bandera significó y significa para alcanzar los mayores logros de convivencia entre los españoles alejados de egoísmos económicos y dogmáticos y en su lugar ocupado por la racionalidad, el sentido crítico, los avances científicos, la libertad y la democracia así como la mayor defensa, sin reparos, de los Derechos Humanos, valores universales que ponen la inteligencia y la vida humana en el centro del universo social. Por ello no es de extrañas que en la medida que conocemos nuestra propia historia sintamos más apego, más simpatía y hasta devoción por esta Tricolor, lo que ella nos comunica a través del conocimiento de su interioridad. {Hay un trabajo a este respecto del conocimiento de nuestra propia historia, publicado en estos días, por el profesor, Doctor en Ciencias Económicas, Historiador y Diplomático español Ángel Viñas Martín que nos muestras las claves del comportamiento de buena parte de los españoles precisamente a tenor de su falta de objetividad (desconocimiento) de lo acontecido en la propia historia de la que forma parte}.
Pero si de lo que se trataba en la Transición Política a la muerte del dictador era superar ese período lúgubre y temeroso, donde se conculcaron todos los Derechos Humanos, Civiles, Políticos y Sociales de la inmensa mayoría de los españoles y que después de más de 30 años tendríamos que evaluarnos como de haber obtenido una nota superlativa. Que constatara que la dictadura fue un capítulo no a olvidar, sí a condenar y a superar.
Pero al día de hoy lo que se constata es que la Transición, que debía ser eso, la transición (un paso para ir a otro lugar a otro escenario distinto), con el paso del tiempo hay quienes quieren convertirlo para colocarnos de nuevo en la escena que más frustración, egoísmo y horror causó a nuestra sociedad. “Utilizando otra verborrea, otro discurso, con otra parafernalia, otros agentes en el escenario. El objetivo es el mismo. La detentación del poder para a través de la demagogia, la manipulación, la desmemoria el desconocimiento tener las manos libres para hacer a su antojo y reconducirnos a donde a ellos más les interese”.
Esta maldita “crisis” que no es otra cosa que un ardid que el capitalismo emplea para arrebatarnos lo poco que tenemos y engrosarlo en su bolsa de poder político y económico nos está haciendo ver con más claridad que este no es el camino que nos conviene tomar. Que hay que enfrentar la situación porque de lo contrario pasaremos de ser ciudadanos a ser esclavos de este sistema. Si es que en buena medida no lo somos ya.
A este sistema capitalista (la acumulación de poder y riqueza de unos pocos hasta extremos mezquinos e intolerables para el resto de la sociedad) tenemos que combatirlo desde todos los ángulo y utilizando todos los recursos que legalmente y pacíficamente tengamos a manos. Y si la legalidad no nos lo permitiera, habría que cambiar la ley.
Tenemos que ser conscientes de que en una democracia por muy recortada que esté y debilitada como está la que tenemos, nos va a proporcionar recursos suficientes como para ir haciendo los cambios que como país y como sociedad reclamamos y necesitamos.
Y a pesar de que la ley electoral está diseñada para que el bipartidismo y sostén del neoliberalismo europeo que tanto daño está produciendo en las clases medias y más necesitadas de la sociedad, no deja de ser una de esas posibilidades que tenemos de ir recuperando el espacio político perdido por las clases populares.
Y será en este próximo mes con motivo de las Elecciones al Parlamento Europeo del 25 de Mayo.
Convirtamos ese día en la oportunidad que tenemos de devolver el primer golpe a quienes tanto daño nos han hecho y nos hacen.
Nuestro cabreo, y con razón, no sea motivo de no acudir a las urnas.
Ir a votar ese 25 de mayo y hacerlo a IU es un acto revolucionario y también la muestra del poder de un pueblo que nunca más se someterá a la esclavitud. Ellos nos reconocerán y nosotros estaremos siguiendo, con todo orgullo, sus pasos y sus deseos.
Viva la clase trabajadora.
Viva la República».