'Detalles', por Casiano López

LOS PARAÍSOS PERDIDOS
Casiano López Pacheco
Lo que más llamaba la atención de Cristiano , la pasada semana, en la rueda de prensa convocada en el antepalco del Bernabéu , junto al Boss Florentino no fue el look de americana y corbata y cadena sobre el muslo, o las gafas de pasta con las que sería imposible ligar hoy en día que recordaban en cierta forma a Tony Stark (Iron Man), sino el hecho de hacer vox populi la felicidad que le inundaba torrencialmente por continuar en el Madrid hasta 2018. Más que la pasta de sus gafas, mayormente lo que nos impresionó fue el placer inconmesurable de asistir como invitados a la alegría de ver a alguien que va a ganar cerca de 21 millones de euros netos por temporada, publicidad aparte, y después, como quien no quiere la cosa, diga, sin que se le caigan los anillos, que el dinero no es lo más importante.

¿ Un rapto de sinceridad, de ironía acaso? Sabe Dios lo que pasará por la testa del astro portugués y número 7 del club blanco, aparte de la ambición de intentar perforar todas las porterías de los equipos que se le crucen por el camino. Indiscutible en lo deportivo, no deja de ser un alarde innecesario y gratuito, en el terreno personal, ese tipo de comentarios que deben reservarse para los bellezones que comparten su champán y alcoba o todo lo más, para él mismo , cuando da gracias a Dios todas las noches por las grandes riquezas de las que está disfrutando en su aún corta vida.
Pletórico en su carroza de oro, tirada por pegasos del color de los billetes de 500, CR7 se parece en cierta forma al rey de Suazilandia, Mwasti III, el último monarca absolutista de la olvidada África. Cabeza coronada de un pequeño reino sumido en la pobreza, aunque el muy despendolado disfrute de una fortuna superior a los 200 millones de dólares. Y decimos despendolado, porque el lascivo Mwasti se va a desposar con su esposa número 15, de nombre Sindiswa Dlamani, de 18 primaveras, escogida entre las miles que se le ofrendan cada año en el Baile de las Vírgenes de dicho reino.
Seducido por una marea se senos bamboleantes en movimiento, este rey corrupto vuelve a anunciar que se casa, sabiendo el muy truhan que en Palacio no cabe una hembra más. La lujuria, igual que el dinero, es un vicio poderoso y fatal, traje a medida para los escogidos caballeros y alguna que otra señora que no se privan de nada, porque todo lo que existe bajo el sol está al alcance de sus afiladas garras y como tal, se aprovechan.
¿Acaso radica la felicidad, entonces, en el dinero, acaso en el sexo, en ambas cosas o en ninguna, o en otras tantas . No lo sabemos a ciencia cierta. A la gente de a pie nos basta con bien poco. A los escolares españoles y andaluces- un buen número- les bastaría con poder comer gratis en los comedores de los colegios. A los estudiantes universitarios, con que no les recortaran sus becas ni el futuro. A los pensionistas, con que no les tocasen sus menguados ingresos ni perdiesen poder adquisitivo como van a sufrirlo en los próximos años. A los científicos del I+ D con que a algún gobierno les diese por proporcionarle los fondos vitales para investigar y que a su trabajo se le diese el valor que merece. O que no nos mintieran los políticos para tapar sus sucias corruptelas ,tampoco estaría mal, o que los parados encontrasen el alivio de un trabajo en breve. Y así, incontables….Después de todo para ser feliz nos basta con ver salir el sol cada día y poder contarlo. Ya ven que poca cosa. No, tiene razón el crack portugués: el dinero no es lo más importante.

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