«Impresiones de un extraño»,
por Agapito Robles.
I.- El carril del horror:
Me refiero al carril que nos conduce a la depuradora. Ya en su comienzo, junto al puente, somos recibidos por residuos varios, que prometen convertirse en señora escombrera a poco que no se lo ponga coto. El río en este tramo reune todo un catálogo de despropósitos: rutilante escollera, tala a matarrasa de la vegetación ribereña, vegetación que ha sido convenientemente sustituida por un sinnúmero de plasticos, maderas muertas y basura varia. En cuanto al urbanismo
(ó mas bien no-urbanismo) de la zona otro día hablaremos. Por cierto, ¿dónde vierten las aguas residuales todo este tipo de edificaciones? ¿y la luz?
II.- Ruta de los miradores – Ocuri:
Un forastero llega a Ubrique. En la oficina de Turismo municipal le comentan la existencia de la ruta de los miradores (curiosamente de Ocuri nada se comenta, y de hecho en algunos paneles dispersos por la población ni siquiera aparece, ya digo, curioso). La ruta de los miradores es ciertamente mas que interesante y a todo punto recomendable, aunque comprendo que en los dias de calor estival se pueda hacer insufrible, pero las vistas que se nos ofrecen desde estos privilegiados puntos merece la pena. Eso el forastero lo valora pero la realidad es que los paneles están destrozados (para estar así lo mejor sería retirarlos), los senderos rebosan de mierda de perro y por doquier aparece basura aquí y allá. De vez en cuando convendría que algún operario de la limpieza adecente estos lugares para que el forastero se lleve mejor imagen de la que se lleva ahora.
En Ocuri, no estaría de más que se repusiera la cartelería del yacimiento, que alguien ha destrozado a conciencia. No supondría una gran inversión y no se daría la imagen que se da ahora de abandono y dejadez.