OPINIÓN
Antonio Rodríguez Carrión
(Médico)
Agresiones, listas de espera de juzgado de guardia, directores incompetentes, despilfarro, opacidad, sanitarios quemados, privatización, persecución a los disidentes, los peores salarios de toda España… Esta es la realidad actual de la asistencia sanitaria pública andaluza según aparece, un día sí y el otro también, en las redes sociales de sanitarios y pacientes, los cuales se quejan de que prácticamente nada ha cambiado desde que el pasado 22 de enero tomó posesión el autoproclamado “gobierno del cambio”. Pero, ¿realmente todo sigue igual?
Las agresiones físicas o verbales hacia los profesionales sanitarios por parte de una minoría impresentable de la población están a la orden del día, siendo el bochornoso acto de la localidad sevillana de El Garrobo la gota que colma el vaso. Ello ha determinado que, por fin, ante la presión de los Colegios Médicos y Sindicatos, la Consejería de Salud se ponga unas pilas abandonadas durante tantos años y no deje pasar una más de estas vergonzosas actuaciones. Parece que en este aspecto algo va mejorando, aunque es obvio que si no se arranca la raíz del mal (la deplorable gestión sanitaria padecida durante décadas), la acción judicial por sí sola lo tendrá muy difícil para solucionar este gravísimo problema.
Según manifiestan los nuevos gestores andaluces, la escasez de médicos debido a la fuga hacia otros países y otras comunidades autónomas donde se ofrecen unas condiciones laborales dignas parece ser una de las principales causas de las listas de espera y la masificación de las consultas. Es cierto que la mayor duración de los contratos para los eventuales, el concurso de traslado y la amplia oferta de empleo actualmente en marcha mejorará parcialmente las condiciones laborales, pero, como señala el Consejo General de Colegios Médicos de Andalucía, el Sindicato Médico Andaluz, así como el reciente y demoledor XVI Informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, el nuevo gobierno andaluz persiste en tener triste privilegio de ofrecer los peores salarios médicos de todas las Comunidades Autónomas; ¿es ésta la mejor forma de evitar la emigración de médicos o de invitar a que vengan? IGUALITO, IGUALITO QUE CON EL GOBIERNO ANTERIOR.
Las listas de espera para consulta médica de cabecera o especializada, o para pruebas diagnósticas, siguen igual de pésimas que con el anterior gobierno. Parece ser que los 25´5 millones de euros invertidos en el “plan de choque” contra las listas de espera nada tienen que ver para que se ponga sustituto a un médico ausente por vacaciones, cursos, enfermedad o saliente de guardia. IGUALITO, IGUALITO QUE CON EL GOBIERNO ANTERIOR.
En un reciente comunicado, el colectivo médico “¡Basta YA!” de Málaga manifiesta en la primera página de su web: «Una de las reivindicaciones incluidas en el decálogo de Basta Ya es la elección de los directores de los centros de salud por y entre los profesionales del centro. Esta reivindicación es básica e imprescindible”. ¿A qué viene esta demanda? La respuesta se encuentra en las redes sociales: los profesionales sanitarios están hartos de que durante décadas el nombramiento dictatorial “a dedo” de los directores de Centros de Salud andaluces haya sido la norma, con el único mérito acreditado de ser militante o simpatizante del partido y, sobre todo, sumisos y expertos en maquillar datos para que lo negro pareciera blanco, y seguidamente los jefes harían la manipulación definitiva antes de enviarla a los medios de comunicación; a cambio, el obediente jefecito mejoraba sus condiciones laborales mediante reuniones y más reuniones con suculentas dietas y sin atender pacientes, además de una suculenta paga paguita anual en concepto de “productividad del jefe”. Según parece, todo sigue igualito, igualito que con el gobierno anterior.
¿Qué decir del despilfarro de recursos humanos que supone las innumerables horas quemadas en labores burocráticas, reuniones inútiles y mal preparadas, o en luchar contra un sistema operativo informático muy mejorable? ¿Qué decir del despilfarro económico en aparataje e instrumental infrautilizado en los centros de salud por falta de tiempo o de adiestramiento, o del descontrol en el gasto farmacéutico? ¿Y la sangría que supone a la economía andaluza las miles de horas de trabajo perdidas por las empresas debido a bajas laborables alargadas ocasionadas por las vergonzosas listas de espera? IGUALITO, IGUALITO QUE CON EL GOBIERNO ANTERIOR.
La educación sanitaria impartida por los Centro de Salud, imprescindible para mejorar los estándares de salud y optimizar los recursos sanitarios siguen con los simples paripés de algunas charlas de sexualidad o esporádicos talleres de RCP en algunos centros educativos o asociaciones de vecinos, y así “con este melón, llenamos el cerón”. Sin embargo, tanto médicos como enfermeros, especialmente de urgencias, podrían decir cuál es la auténtica realidad de la educación sanitaria de la mayoría de los andaluces. Con demoras de hasta una semana para el médico de familia, sin sustituciones para cubrir ausencias, con burocracia sin límites, ¿de dónde se saca tiempo para explicar hábitos saludables, o cómo actuar ante una urgencia y ante las enfermedades más comunes? IGUALITO, IGUALITO QUE CON EL GOBIERNO ANTERIOR.
Las cacareadas, y necesarias, medidas optimizadoras implantadas en Centros de Salud “pilotos” están aún por evaluar, y mucha prisa debe darse la Consejería de Salud si, como prometió, deben estar implantadas en todos los Centros de Salud antes del próximo año. Desgraciadamente, ya se escucha que todo es una maniobra de distracción, simple fuego fatuo. ¿SERÁ CIERTO QUE SE CAMBIA ALGO PARA QUE TODO SIGA IGUAL? Muy pronto saldremos de dudas.
¡Ea! ¡Qué fácil es exponer problemas! ¿Y LAS SOLUCIONES? No hay que ser un lince para saber dónde buscarlas: basta preguntar y trabajar con los profesionales que dan el callo en primera línea, con los Colegios de Médicos y Enfermería, con los Sindicatos, y con aquellos colectivos profesionales sanitarios y de ciudadanos que trabajan incansablemente por una salud pública digna y que no reciben ningún tipo de subvenciones.
El tiempo pasa inexorable, pero a algunos todavía nos queda una brizna de esperanza. Para empezar, habría que “hacer caja” eliminado todo tipo de despilfarro en farmacia, aparataje y, especialmente, eliminando todos los puestos parásitos incrustados a dedo que nada aportan o, lo que es peor, que actúan como auténticos “caballo de Troya” poniendo palos en las ruedas del carro y, de este modo, echando una manita para que dentro de tres años se produzca “el recambio” de gobierno.
Simultáneamente, es básico equiparar los salarios a la media nacional, como mínimo.
Y algo especial pero fundamental: que TODOS los jefes de la administración sanitaria andaluza, TODOS, empezando por el Sr. Consejero de Salud y Familias, utilicen los servicios sanitarios públicos como cualquier ciudadano de a pie; es decir, padeciendo las demoras en las citas y en las salas de espera, ausentándose del puesto de trabajo para acudir a cita con el médico de cabecera por una receta o cualquier dolencia, etc. De este modo tan sencillo conocerán, y sufrirán en sus carnes, la auténtica realidad de la asistencia sanitaria pública en Andalucía. ¿Hay la humildad suficiente para hacerlo… o TODO SEGUIRÁ IGUALITO, IGUALITO QUE CON EL GOBIERNO ANTERIOR?